Por una Postmodernidad Alternativa: Desplazando al Neoliberalismo
Una nueva iniciativa de Glauca, la presencia invisible y vigilante de Atenea
Tras el primer libro-revista de Glauca, intitulado «Pandemia, Globalización, Ecología» proseguimos con este segundo volumen in fieri dedicado específicamente a abordar ahora los problemas concernidos por la crisis de paradigma histórico que afectan a nuestra epocalidad insurgente. De ahí que hayamos optado por enmarcarlos en el rótulo actual siguiente: «Por una Postmodernidad Alternativa: Desplazando al Neoliberalismo».
Por una Izquierda no épica
artículo publicado en lavozdegranada.info
Por Francisco José Martínez
“Política inútil la que se resolvió toda en fantásticas sutilezas, y comúnmente cuantas afectaron artificio, fueron Reyes de muchas quimeras y de ningún provecho” . (B. Gracián, El Político).
“Hay muchas cosas que pareciendo que existen y tienen ser, ya no son nada, sino un vocablo y una figura” (Quevedo).
Si hay algo en lo que casi todo el mundo estará de acuerdo es en la constatación de que el ciclo político que se inició el 15M, y que se tradujo en parte en el surgimiento de Podemos como partido político, ha llegado a su fin. El 15M fue el punto más álgido de un ciclo de protestas que se desplegó en esos años como respuesta a las consecuencias de la crisis de 2008, que supuso unos recortes brutales en el gasto social y un hundimiento de la economía. La protesta iba dirigida fundamentalmente a resaltar los déficit democráticos que aquejaban al sistema político español que tuvo su origen en la transición y cuyas carencias empezaban a salir a la luz. Los acuerdos que permitieron el paso de la dictadura a la democracia fueron el resultado de una correlación de fuerzas muy adversa para las fuerzas democráticas que fueron incapaces de imponer una ruptura y tuvieron que conformarse con una reforma que en realidad solo afectó a la superestructura jurídica y política del régimen, sin tocar las estructuras del poder real: el poder militar y policial, el poder de la magistratura, el poder mediático, los poderes económicos, el poder de la Iglesia, etc. Una Ley de amnistía que junto con un perdón, parcial, de los delitos , según las leyes franquistas, cometidos por los luchadores por las libertades, incluyó la absolución para todos los crímenes de estado perpetrados desde la guerra civil hasta la llegada de la democracia, y una Ley electoral diseñada para dificultar la victoria de las fuerzas de izquierda, junto con una Constitución que blindaba la institución monárquica, el capitalismo, el poder militar y religioso, etc. fueron las bases sobre las que la naciente democracia empezó a andar. Es claro que no se pudo hacer más, por lo que las criticas de traición que la extrema izquierda hace de la transición no están justificadas, pero también está claro que las fuerza vivas del régimen aceptaron la democracia, solo porque sus intereses esenciales quedaban salvaguardados. Los hijos y los nietos de los que pactaron la transición se empezaron a considerar liberados de las hipotecas que sus mayores no tuvieron más remedio que aceptar y empezaron a poner en cuestión las concesiones hechas que seguían lastrando la democracia actual debido a su origen franquista.
Es en este contexto donde la consigna “no nos representan” puso de relieve las carencias que la democracia española seguía arrastrando por sus hipotecas respecto a la dictadura. La crítica de la democracia representativa y de la ley electoral suponía un anhelo de participación en el que confluyeron viejos militantes izquierdistas con muchos jóvenes que recibieron en esas concentraciones y manifestaciones su bautizo en la política. Pero las dificultades de mantener una democracia meramente asamblearia, con su imposibilidad de tomar decisiones y sus dificultades para extenderse, así como el cansancio de los participantes, produjo en la mayor parte de la gente la idea de que había que pasar de la mera protesta a una respuesta institucional.
Podemos surgió, en parte, para dar cauce político a las exigencias de las movilizaciones del 15M, una vez que IU, conducida en aquellos momentos por un grupo dirigente muy honesto y trabajador pero que, fundamentalmente por cuestiones de edad y falta de reflejos, no fue capaz de adecuar la organización para cumplir las exigencias que se habían expresado en la plazas españolas. La desconfianza hacia movimientos dispersos y difíciles de controlar y la tardanza en adecuar el equipo dirigente a los nuevos tiempos, hizo que IU no aceptara las relaciones con ese Podemos naciente, cosa en la que acertó, pero se equivocó al no ser sensible al cambio de tiempos que exigía una dirección renovada más cercana en edad y sensibilidad a los participantes en las protestas. Pienso que una IU rejuvenecida y adaptada a los nuevos tiempos hubiera hecho innecesario el nacimiento de Podemos y nos habríamos ahorrado el calvario populista de los últimos años. (Sobre estos temas se pueden consultar los trabajos reunidos en
Podemos surge, como todos los movimientos populistas, como expresión de unas fracciones de las clases medias urbanas, jóvenes y en trance de proletarización que se sienten desplazadas del poder al que aspiran. Una lectura apresurada de la noción de hegemonía gramsciana, unas gotitas de Lacan , pasado por Laclau, y mucho Karl Schmitt, filtrado por Chantal Mouffe, junto con las experiencias populistas latinoamericanas ,especialmente la venezolana y la boliviana, se combinan en un coctel que sin un análisis estructural serio y basándose solo en la confianza en la omnipotencia de la política y en la figura del líder carismático emprendió la ardua tarea de asaltar los cielos empezando por la pretensión de superar a la izquierda ya existente, tanto la comunista como la socialista.
El momento populista de Podemos supuso el abandono de cualquier análisis estructural e histórico de la realidad española y la idea de que bastaba un líder carismático y la afirmación voluntarista de que “sí se puede” para articular todas las demandas insatisfechas que se habían expresado desde el 15M y conseguir convertirse en el primer partido no solo de la izquierda sino incluso del país. Las circunstancias excepcionales de una crisis económica, social y política sin precedentes fueron la base sobre la que se sustentó inicialmente este espejismo. Un voto joven, urbano, masculino, de aluvión, ya que mezclaba votos procedentes de desencantados con IU y con el PSOE, de abstencionistas, de activistas izquierdistas, de antisistema ,junto con una parte no despreciable de votos procedente de la derecha, como el propio Errejón, responsable de las primeras campañas electorales de Podemos reconoció, fue la base del empuje electoral de Podemos en las primeras elecciones.
En los momentos de euforia populista el naciente partido se situó más allá de la izquierda y la derecha, con unas resonancias que para los más viejos del lugar no dejaban de recordar al falangismo. En esos momentos iniciales se rehuyó cualquier análisis de las clase sociales, así como de las tradiciones políticas de las clases populares, y se propulsó una lucha entre la gente y la casta, o entre el 99% y el 1%, sin molestarse en aclarar el significado de dichas palabras, fieles al ideario populista de que cuánto más difusas e inconcretas sean las consignas mejor, porque comprometen menos y su concreción queda a la clarividencia del líder que decide en cada momento lo más apropiado para todos.
En esos momentos iniciales, Podemos renegó de toda la tradición de la izquierda ,tanto socialista como comunista, no queriendo saber nada del republicanismo ni de la memoria histórica por considerarlos temas pasados que no interesaban a la gente ahora(no deja de ser sorprendente que ese es el principal argumento de la derecha en relación con la memoria histórica). De la misma manera se negaban a utilizar las herramientas del marxismo y del análisis de clases, pensando en una movilización transversal, meramente política, basada en el carisma del líder y en una serie de significantes vacíos sin adscripción precisa. La carencia de fundamentación teórica se pretendía suplir con la apelación a las emociones y sentimientos, y en lugar de argumentos se apelaba a la retórica, abandonando la tradición pedagógica de la izquierda y supeditando la política a la comunicación y no a la inversa. Pablo Iglesias, en junio de 2014, dio una entrevista a Público de título expresivo: “Que se queden con la bandera roja y nos dejen en paz. Yo quiero ganar”. En esa época hubo críticas durísimas a la izquierda comunista por trasnochada, pesimista, acomodaticia, etc. y la afirmación de que se dirigían a personas que nunca votarían a la izquierda. No querían estar encerrados en el rincón izquierdo del tablero, sino que querían dominar el centro del tablero. Eso está muy bien incluso para , en unas condiciones completamente excepcionales, conseguir un cierto éxito electoral con un programa difuso e indefinido, basado más en emociones que en razonamientos, pero cuando tengas que concretar las medidas en leyes efectivas entonces si quieres implantar medidas de izquierda vas a chocar con los intereses de esos votantes no izquierdistas que te han votado por diversos motivos pero que no son movilizables para implantar reformas sustanciales y si los votos no sirven para transformar, ¿para que sirven? Esos son los problemas del voto de aluvión, que no puedes concretar el programa porque lo que ganas por un sitio lo pierdes por otro. El voto prestado no es estable y como viene se va ,y es idealismo puro creer que vas a ser capaz de atender demandas contradictorias de forma sostenida.
Una vez pasada la euforia populista y fracasado el asalto a los cielos, se pretendió pasar ,sin asunción de la derrota y sin explicación del cambio, de la guerra de movimientos a la guerra de trincheras, y este cambio se acompañó de la reconciliación con IU, y los comunistas pasaron de ser unos nostálgicos trasnochados, cenizos y pesimistas, a ser unos esforzados héroes antifascistas. Se retoma todo el arsenal teórico de la izquierda comunista y temas como la crítica de la monarquía y la memoria histórica antes rechazados como inactuales pasaron a ser centrales para estos republicanos sobrevenidos. De igual manera, la alianza con el PSOE pasa de ser denostada a ser exigida. Esta reconciliación con IU se ve acompañada con una serie de escisiones continuas que van reduciendo el aparato del partido a los fieles al líder; parte de los nacionalistas catalanes, valencianos y gallegos se aleja, de igual manera los partidarios de Errejón salen y montan otro partido en Madrid, llevándose a la mayor parte de los ecologistas, por su parte los anticapitalistas rompen en Andalucía.
Y así llegamos a la actualidad. Las continuas escisiones de Podemos han llevado a la coalición UP a perder votos en todas las últimas elecciones, manteniéndose a duras penas en el País Vasco y Cataluña y desapareciendo en Galicia. Dichas escisiones también dificultan en Madrid y Andalucía la posibilidad de una izquierda que se presente unida para disputar con el PSOE los distintos gobiernos a la derecha; una derecha hegemonizada ideológicamente por Vox y donde las dificultades de Ciudadanos le imposibilitan constituirse como un centro capaz de mediar ente derecha e izquierda.
Las recientes peripecias que han conducido a la convocatoria de elecciones en la Comunidad de Madrid y que han exigido poner toda la carne en el asador para asegurar la presencia de UP en el parlamento madrileño han mostrado también las dificultades que Podemos y su líder tienen para pactar con sus escisiones. Las heridas personales y el juego de egos que provocaron esas rupturas no se han restañado todavía y aunque en el caso de Madrid la justificación del rechazo a Iglesias ha sido absurda, máxime en un partido como Más Madrid que no tuvo ningún reparo en relegar en beneficio de un varón a una de las activistas y pensadoras feministas más clarividentes del país, Clara Serra, sí tiene razón el partido de Errejón en cambio en decir que así no se hacen las cosas, ya que en los pactos hay que ser humilde, y según la correlación de fuerzas en Madrid, Iglesias tendría que ir de segundo no solo de Gabilondo sino también de Mónica García, pero no por razones de género sino por razones de votos.
La oportunidad que supuso para el PSOE y para UP la formación del gobierno de coalición no ha impedido el declive lento pero continuo de la coalición izquierdista. Por otra parte, los resultados del gobierno de coalición debidos a la acción de UP solo son apreciables en la meritoria labor de Yolanda Diaz, heredera de la mejor tradición comunista y sindicalista, mientras que están paralizadas otras leyes como la de la vivienda o las propuestas por el Ministerio de Igualdad por defender posiciones controvertidas para las que hay que buscar consensos y que no se pueden intentar imponer de forma unilateral.
En resumen, la posición actual de la izquierda es crítica. Las escisiones de Podemos están estancadas y la propia Podemos, sin un proyecto político claro y sin arraigo en los territorios, es casi un cadáver viviente que depende fundamentalmente de la estructura territorial , delos cuadros y de los votos de IU. No es problema menor la subordinación de UP a los partidos independentistas y soberanistas , incluido Bildu, con el que Iglesias no quería nada hace unos años pero que ahora acepta sin reparos. Esta subordinación se concreta en el apoyo a los referéndums, la aceptación del derecho de autodeterminación, la consideración de los condenados por el Procés como presos políticos y como consecuencia de lo anterior la identificación de Puigdemont con los exiliados del franquismo y la concordancia con Rusia en que España no es una democracia plena. Todo lo anterior es indefendible a nivel político, pero también es inútil pragmáticamente porque este acercamiento lejos de atraer a ERC hacia posiciones dialogantes la refuerza en su posición maximalista subordinada a Junts y a la CUP.
Como conclusión, pensamos que es urgente emprender una reestructuración de la izquierda a través de unos Estados Generales que emprendan la coordinación de todos los grupos a la izquierda del PSOE en una red flexible de grupos que pueda presentarse eventualmente como una coalición electoral única con un programa realista, no maximalista, que tenga en cuenta las actuales correlaciones de fuerzas en España y en Europa y que contenga como mínimo: un plan de choque económico dirigido especialmente al empleo juvenil y femenino; y una renta básica que asegure un mínimo de ingresos a toda la población; una propuesta de organización federal , no confederal, del Estado; una posición clara sobre la Unión Europea buscando su democratización interna y su inserción en el mundo como defensora dela paz, la cooperación, y la defensa dela democracia y los derechos humanos; una apuesta por una economía verde y sostenible capaz de enfrentarse a los desafíos del cambio climático; y una defensa firme de todas las posiciones feministas en su conjunto sin apostar solo por algunas. Para defender estas posturas haría falta un liderazgo nuevo que sustituya a los protagonistas actuales, tanto de Podemos como de sus escisiones. En ese sentido el impulso dado a Yolanda Díaz, si es sincero, es un paso importante en la buena dirección.
En resumen, se trata de apostar por una izquierda no épica, dialogante, que no busque la confrontación gratuita, que combine la necesaria motivación emocional con la argumentación de las propuestas, que se dirija a las capas populares y no pretenda ser un partido atrápalo todo, y que no trate tanto de ir hacia el centro sino más bien de atraer al centro a posiciones de izquierda racionales, fundamentadas y susceptibles de ser aceptadas transversalmente. Es decir, se trata de una vez por todas de romper con toda tentación populista y construir una alternativa socialdemócrata radical capaz de sustentar un gobierno de izquierdas ,junto con el PSOE, los partidos de izquierda nacionalistas no soberanistas ni independentistas ,y las fuerzas ecologistas.
La divisibilidad de las magnitudes y la obra de Kant
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Especial Heidegger revolucionario: Crítica al Capitalismo, Arte y Políticas del ser
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«Acceder a esta Revolución Ontológica y Hermenéutica tensa las voces críticas de este número monográfico, proyectado al futuro anterior de la verdad del ser y el espacio del Bien que piden abrirse camino, otra vez, en medio de nuestra racionalidad crítica transformada. Se ha terminado la legitimación de la violencia explotadora del hombre y de la naturaleza. Comienza la Historia del Ser que ya nos estaba desde siempre aguardando. Heidegger (y su primer fracaso) indican tanto la fuerza como la indeterminación del extravío de los caminos imposibles. Pero una vía queda: saltar al Espacio-Tiempo del darse (ocultarse) de la Diferencia del ser. De la destinación-mesura y criterio del ser.»
acceder a los artículos de esta publicación en pensamientoalmargen.com
HERMENÉUTICA, VIOLENCIA Y LENGUAJE: PERSPECTIVAS EN EL SIGLO XXI
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
Coordinado por el Profesor mexicano Bily López (UNAM-UACM), este volumen que presentamos reúne las aportaciones de grandes maestros/as, como son el filósofo italiano Gianni Vattimo, de quien este volumen contiene su última entrevista filosófica inédita, la filósofa española Teresa Oñate, y las filósofas mexicanas Greta Rivara y Mariflor Aguilar, quien por su parte lleva a cabo el Prólogo a esta edición, junto a algunos de sus más distinguidos discípulos: Gaetano Chiurazzi, Nacho Escutia y el propio Coordinador de esta reunión, el Prof. Bily López. Esta obra, donde México, España e Italia se dan la mano para clamar contra el in-mundo que nos asola y destruye, así como para delinear desde las propias voces críticas y debilitadoras de sus autoras y autores los horizontes alternativos que cabe trazar desde la ontología hermenéutica crítica, que se sabe ya plural y diferencial, ha sido co-editada por Fénix Filosofía Ed. (Sevilla, España) y Editorial UNAM (Ciudad de México). Inaugurando asimismo la nueva Colección «Hermes» (Dirigida por T. Oñate) de la editorial sevillana. El libro ya se encuentra ya disponible para su adquisición (vía online o solicitándolo a través de vuestra librería de confianza) en España, Portugal, México, Argentina, Perú, Colombia, Uruguay, Brasil, Ecuador, Reino Unido, EEUU…
RESUMEN – I EDICIÓN PREMIOS HERCRITIA SANTANDER- CANAL UNED
Próxima emisión en la 2 de RTVE – Canal Uned / 26-2-2021 a las 10h.
La UNED ha celebrado la I Edición de los Premios Internacionales Hercritia-Santander. Unos galardones que nacen con el objetivo de incentivar y reconocer la excelencia investigadora en Filosofía y Pensamiento Crítico de los más jóvenes: doctoras y doctores y alumnado de máster que hayan llevado a cabo sus Investigaciones en el curso académico anterior, haciéndose cargo de la perspectiva propia de la Ontología Hermenéutica Crítica escrita en español.
Serie: Cátedra HERCRITIA
Ricardo Mairal Usón rector, UNED
Rosa María Martín Aranda Vicerrectora de Investigación, Transferencia del Conocimiento y Divulgación Científica y Vicerrectora Primera, UNED
María Teresa Oñate y Zubía catedrática filosofía y codirectora Cátedra Hercritia-Santander, UNED
Ángel Gabilondo Pujol presidente de Hercritia
Javier Leiva Bustos Premio Teresa Oñate: Un Tiempo Estético. Ontología y Hermenéutica
Ana Meléndez Vivó Mención honorifica por la tesis “El concepto de trauma”Vicente I. Sánchez Moncho guion y realización
Con la colaboración de Santander-Universidades
Ver grabación completa del Acto de entrega de los Premios Hercritia
Y, cuando despertamos, el monstruo todavía estaba allí
artículo publicado en lavozdegranada.info
Por Francisco José Martínez
Vivimos tiempos apocalípticos: de los cuatro jinetes el único que por ahora nos falta (al menos en el centro , en la periferia es otra cosa) es la guerra, pero la enfermedad, el hambre y la muerte campan por sus respetos por nuestras sociedades tardocapitalistas. Nuestra época es una era de angustia en la que la concatenación de miedos concretos y parciales genera una ansiedad vaga y omnipresente, sin causa definida. El Antropoceno es nuestra época: un momento en el que la intervención humana sobre el planeta no solo produce la destrucción de éste sino que comienza a afectar al conjunto de la población mundial.
La globalización transmite en tiempo real los efectos de los sucesos locales dotándolos de una dimensión planetaria, eliminado las distancias y dificultando el aislamiento de los problemas. Los daños que hasta ahora solo afectaban a los países periféricos, golpean ahora en el centro del sistema, introduciendo una ‘democratización ‘ macabra del mal, que recuerda las danzas de la muerte medievales en las que el esqueleto arrastraba a todos sin distinción de sexo, origen o condición. Los ciclos naturales localizados han extendido su radio de acción al conjunto del planeta. No deja de ser paradójico que lo único que se extiende por toda la tierra libremente sin que sea posible levantar muros excluyentes y protectores sean los virus.
La vulnerabilidad humana tan directamente percibida pone en entredicho los proyectos prometeicos del transhumanismo que aspira a construir un superhombre, un ciborg, síntesis de hombre y máquina, inmune a la enfermedad, a la edad y casi a la muerte. La dureza de la pandemia nos recuerda nuestra fisicidad, nuestra finitud y vulnerabilidad constitutiva, lo fatigoso de la vida y su futilidad final, el aspecto absurdo de lo humano, que se muestra, como ya decía León Battista Alberti en los albores del Renacimiento, como “casi la sombra de un sueño”.
La pandemia ha trastocado los espacios y los tiempos vitales, de manera quizás irreversible. Las limitaciones de los desplazamientos y el establecimiento del toque de queda introducen barreras en un espacio-tiempo que se desplegaba de forma continua sin ninguna interrupción, rompiendo todas las dualidades entre el día y la noche, la ciudad y el campo, el ocio y el negocio. Los confinamientos establecen un espacio celular cerrado sobre sí mismo y la prohibición de circular por la noche escinde el tiempo recortándolo. La vida queda enclaustrada en unos límites en que se muestra ensimismada. La dificultad de las relaciones personales, solo en muy pequeña parte compensada por el uso desaforado de los medios electrónicos, ha impulsado un autismo generalizado y una recentralización sobre el espacio familiar más próximo. La sociabilidad en los centros de trabajo y de estudio se ha visto también muy restringida. Todo esto refuerza el tipo de sujeto dominante en nuestra época neoliberal: un sujeto autista, egocéntrico, ‘ombliguista’, enquistado en su estrecho campo vital, con graves deficiencias comunicativas y sociales.
La respuesta a la pandemia ha sido inmovilizar la ciudad y suspender su ritmo cotidiano para sustituirlo, como dice Agamben, por un espacio y un tiempo excepcionales en el que los derechos quedan limitados y las costumbres quedan revolucionadas. Los sistemas de seguridad y control propios de nuestras sociedades, constituyentes esenciales de la gubernamentalidad neoliberal, más que restringir los deseos y disciplinar los cuerpos se basan en decir sí al deseo y en gestionar los flujos y circulación de las poblaciones y las mercancías. En la actualidad el poder , cada vez más extraterritorial , cada vez menos localizado, más que reprimir seduce mediante el señuelo del consumo, estableciendo lo que Bauman denomina los dispositivos sinópticos del capitalismo globalizado basados en los actuales medios de comunicación masiva y en la gestión de los datos, lo que permite el establecimiento de estrategias reguladoras que se anticipan y predicen a los propios hechos. Nuestras actuales sociedades duales ,escindidas en una minoría cosmopolita nómada y unas mayorías fijadas localmente a las que se les dificultan los desplazamientos por muros legales y físicos, combinan los métodos panópticos de vigilancia generalizada de los espacios y los individuos con los métodos basados en la seducción por el consumo para conseguir el control social, exterior e interior, de los individuos.
Los cambios en el campo de la producción y del consumo son espectaculares. Sectores enteros de la economía, los ligados a los viajes, el turismo y la cultura por ejemplo, se han visto casi paralizados. Pero el consumo no para, lo único que hace es cambiar su forma. El dinero destinado a viajes se empieza a usar para arreglar las casas. Las compras por internet se han disparado.
Aunque parece que va disminuyendo el impacto de la pandemia, todos los informe solventes sobre la misma concuerdan en afirmar que vamos a tener que convivir durante mucho tiempo con este riesgo. Riesgo que por primera vez en la historia es verdaderamente global. La verdadera globalización no es pues la de las mercancías, ni la de los flujos financieros, sino la de la enfermedad y la muerte ,y frente a este problema el capitalismo se está mostrando incapaz de afrontarlo de forma adecuada. El mercado no puede gestionar una pandemia globalizada y de nuevo el Estado parece como la única arma eficaz para abordar este problema, actuando de nuevo como katechon, es decir como la única contención posible del Anticristo, el sin-ley, que se muestra ahora bajo la forma de virus letal.
Karl Schmitt , M. Cacciari y Paolo Virno entre otros ,han retomado esta vieja noción paulina de katechon para aplicarla al Estado moderno, que articularia la potestas del Imperio con la auctoritas de la Iglesia. Recordando el Apocalipsis, el Anticristo tiene que ser contenido e inmovilizado por la acción de un Rey salvífico, que con esta contención retrasa el final de esta era, pero su triunfo final parece incontenible; lo único bueno es que tras los mil años de dominio del Anticristo el Apocalipsis anunciaba, revelaba, (eso es lo que significa Apocalipsis: revelación), la parusía, la segunda venida de Cristo para gobernar sobre la creación ya de forma completa. La función del poder político en tanto que katechon es ambigua, ya que si por un lado contiene el triunfo del Anticristo, al hacerlo también retrasa la inminente segunda venida de Cristo, la parusía; es decir el triunfo completo de la redención. Esta contención del mal , este retraso del final de los tiempos, es lo que concede un cierto espesor ontológico a la historia y a la acción política, que no tendría sentido si dicha parusía fuera inminente, ya que supondría la devaluación de toda actividad humana ante la inminencia escatológica. El katechon, pues, no es propiamente una figura de lo divino sino más bien una fuerza secular que retiene y pospone el advenimiento definitivo de los divino. Esta noción de katechon permite concebir el poder político como la única fuerza capaz de bloquear, contener y retrasar la catástrofe, pero con la conciencia de que no puede asegurar su eliminación completa y, por lo tanto, una redención consumada de la humanidad. El poder político se mantiene cercano al mal que pretende contener y su orden precario no es capaz de controlar de forma total el desorden inherente a la esencial incompletitud antropológica del ser humano, y se mantiene próximo al caos que trata de conjurar. El katechon impide el fin del mundo y mantiene de esta forma la radical apertura definitoria del ser humano. En ese sentido, la política como katechon mantiene la apertura del mundo evitando su fin que se puede deber al triunfo total del mal o a la completa eliminación de éste a través de una redención que clausurara la apertura y la radical incompletitud del mundo y de la historia. Tanto el Anticristo como mal supremo, como la parusía o redención clausuradora de la historia , acabarían con la tensión constituyente del hombre y del mundo que los mantiene indecisos y constantemente abiertos a la novedad y al cambio , sometidos a la oscilación perpetua entre el bien y el mal, a un continuo diferir y errar, y precipitarían su fin. El poder político despliega sus poderes extraídos de las naturaleza, precisamente para limitar la negatividad potencial de las fuerzas naturales.
El problema para nosotros es que como no creemos posible esta reconciliación final, no nos queda más remedio que contener de forma indefinida al Anticristo para retrasar su dominio total y final. Es decir, que solo una acción coordinada entre los Estados será capaz de afrontar la actual pandemia y sobre todo la subsiguiente crisis económica y social que todas las instancias internacionales ya anuncian. Solo una noción del Estado basado en la solidaridad y en el bienestar de los ciudadanos, y no solo en la soberanía, puede estar a la altura de los desafíos por venir. Y esta solidaridad no solo ha de ser hacia el interior sino también hacia el exterior. La capacidad de contagio del virus y la imposibilidad de poner barreras a su difusión lleva a la conclusión de que la salvación de la humanidad ha de ser global. La inmunidad(de los individuos), lejos de ser algo a conseguir preservándose de la comunidad, necesita la colaboración de la comunidad para ser conseguida. De nada sirve vacunar a los ciudadanos de los países centrales si el contagio se mantiene en el resto de los países a cuyos habitantes es prácticamente imposible impedirles el movimiento hacia dichos países centrales.
El cansancio y la desesperación provocada por la pandemia augura el surgimiento de una etapa de conmociones sociales, cuyos primeros atisbos quizás estemos viendo ya en estos días. La falta de expectativas de los jóvenes y de las capas sociales y regiones marginadas por la globalización neoliberal puede explotar de forma violenta y solo una respuesta coordinada a nivel mundial que produzca una redistribución radical de la riqueza será capaz de hacer frente a estas amenazas. Ante la insuficiencia de los mecanismos de mercado para asegurar esta redistribución de la riqueza hay que desplegar una serie de estrategias coordinadas a nivel mundial entre las que el establecimiento de una renta básica universal e incondicional pasa a ser una de las medidas a implantar con urgencia.
Desde el punto de vista individual, la cercanía con la muerte y el recordatorio de nuestra esencial fragilidad y labilidad que nos ha traído la pandemia, por un lado nos deprime, pero por otro impulsa las ganas de vivir, aunque quizás con una forma de vida más mesurada, menos prometeica, menos dilapidadora. Una vida con los valores cambiados en los que la serenidad, la quietud, la lentitud, el reposo, la amistad, la lectura y la música ocupen más lugar. Incluso el viaje se ve de otra manera, ya que las dificultades de desplazamiento nos hacen valorar lo que tenemos en la proximidad en detrimento de horizontes más lejanos. Si esta inversión de valores fuera el resultado de la epidemia , no todo sería pérdida, pero me temo que la desmesura del capitalismo salvaje, individualista y egocéntrico que nos domina se imponga al final sobre estos pequeños atisbos de racionalidad serena y de sensualidad controlada cuya posibilidad ha despertado, tímidamente, la pandemia .
En conclusión, la pandemia actual ha puesto de relieve, con una claridad muy superior a la crisis financiera anterior, las dificultades de la actual globalización capitalista y los problemas difícilmente resolubles que se plantean a la actual gobernanza mundial en las condiciones del neoliberalismo. Las dos crisis han demostrado que el mercado por sí mismo es incapaz de mantener los equilibrios económicos y que es precisa una regulación política democrática y solidaria, nacional e internacional, de los conflictos. Y eso sin contar los problemas que el cambio climático empieza a poner sobre la mesa de forma cada vez más perentoria. Pero esa regulación estatal y supraestatal de los desequilibrios económicos y sociales no puede abordarse con una idea neoliberal de estado mínimo, basado en la mera soberanía, sino que supone un estado preocupado por preservar la vida en todos sus aspectos biológicos y culturales y por fomentar el bienestar físico y psíquico de sus ciudadanos, tanto a nivel nacional como supranacional. Desde el punto de vista de los sujetos, la crisis pandémica actual ha demostrado también que el tipo de sujeto dominante en nuestras sociedades con su egoísmo narcisista libre de todo compromiso comunitario no es el más adecuado para afrontar las exigencias de cuidados mutuos necesarios para asegurar la salud de todos los individuos en toda su amplitud, biológica y psíquica. Nuevas formas de política comunitaria y solidaria y de subjetividades comunicativas y cooperadoras son imprescindibles para hacer frente a los actuales desafíos de una pandemia que ha venido, de una u otra forma, para quedarse
SOLEMNE ACTO DE ENTREGA OFICIAL DE RECONOCIMIENTOS
“I EDICIÓN PREMIOS INTERNACIONALES HERCRITIA-Santander Hermenéutica en español «Teresa Oñate & Ángela Sierra»”
La Cátedra Internacional de Investigación en Hermenéutica Crítica Hercritia ha celebrado por primera vez la entrega oficial de sus reconocimientos: la I Edición de los Premios Internacionales Hercritia-Santander “Hermenéutica en español: Teresa Oñate & Ángela Sierra”. Este premio anual nace con el objetivo de incentivar y reconocer la excelencia investigadora en Filosofía y Pensamiento Crítico de los más jóvenes: doctoras y doctores y alumnado de máster que hayan llevado a cabo sus Investigaciones en el curso académico anterior, haciéndose cargo de la perspectiva propia de la Ontología Hermenéutica Crítica escrita en español.
Teresa Oñate ha destacado la importancia de la creación de estos premios: “Insistiendo en que sin el apoyo material e institucional del reconocimiento público perdemos el sentido de la educación que consiste en el fin del maestro: ver al alumno enseñando”. En total, han sido 28 los trabajos concurrentes a esta primera edición, todos ellos de una extraordinaria calidad e interés filosófico-académicos, según la opinión de la Comisión de los Premios, que finalmente ha otorgado los dos primeros premios a Javier Leiva Bustos y Daniela León Gutiérrez.
Leiva Bustos ha recibido el Premio Teresa Oñate: Un Tiempo Estético. Ontología y Hermenéutica a la mejor Tesis Doctoral por el trabajo Una teoría del mal: acción, personalidad e instituciones malvadas (Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid, dirección de Evaristo Prieto Navarro). En esta tesis elabora una teoría acerca del mal con el propósito de identificar sus causas, proporcionar una explicación detallada de lo que cabe entender por acciones, personalidades e instituciones malvadas, y reivindicar el papel de la filosofía en la lucha contra el mal. Este premio está dotado con 5.000€.
Al galardón han optado dieciséis tesis doctorales y se han entregado menciones honoríficas a Ana Meléndez Vivó por la tesis El concepto de trauma. Del campo psicoanalítico a la semántica histórica (Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Valencia, dirección de Faustino Oncina Coves y Nicolás Sánchez Durá); e Irene Ortiz Gala por la tesis La máquina antropológica. Límites de una singularidad impersonal (Facultad de Filosofía de la UAM, dirección de Gabriel Aranzueque Sahuquillo).
En cuanto a Daniela León Gutiérrez, ganadora del Premio Ángela Sierra González. La hermenéutica cambia el mundo al mejor Trabajo de Fin de Máster (TFM), presentó un estudio titulado Lo femenino como otro. Una lectura de la Recherche a partir de Simone de Beauvoir (Programa de Maestría y Doctorado en Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, tutor Mario Edmundo Chávez Tortolero). El premio está dotado con 3.000€.
A este galardón se han presentado doce trabajos y han merecido una mención honorífica Gonzalo Pérez Santoja por su trabajo La tradición monoteísta. Omnipotencia, imagen y ley (Máster en Filosofía de la Historia: Democracia y Orden Mundial de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAM, tutor Patxi Lanceros Méndez) y Camilo Vargas Guevara por Lenguaje y política: un acercamiento desde Gadamer y Rancière (Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, tutor Luis Eduardo Gama Barbosa).
La Comisión de los Premios ha estado conformada por: Rosa María Martín Aranda (presidenta y vicerrectora de Investigación, Transferencia del Conocimiento y Divulgación Científica de la UNED), Mariana de Blas (secretaria y jefa de Área de Investigación y Transferencia UNED) y Teresa Oñate Zubía (vocal y catedrática de Filosofía UNED e IP del Proyecto de Investigación HERCRITIA-Santander). Cada uno de los galardones ha contado con un Jurado* internacional de excelencia.
A la entrega oficial de los premios han asistido el rector de la UNED, Ricardo Mairal Usón; la vicerrectora Primera y de Investigación de la UNED, Rosa Mª Martín Aranda; el presidente de Hercritia, Ángel Gabilondo Pujol; y las codirectoras de Hercritia, Teresa Oñate y Zubía y Ángela Sierra González (ésta última, de forma virtual). Se ha contado también con la presencia de profesores e investigadores representantes de la Cátedra Hercritia auspiciada por: la UNED-España, ULL-Tenerife, UAM-Madrid, Università degli Studi di Torino-Italia, UNAM-México, ULPGC-Gran Canaria, Centro Studi Filosofico-religiosi Luigi Pareyson-Italia y el Centro de Estudios Interdisciplinares Latinoamericanos (CEILAM). Todo ello bajo las pertinentes medidas de distanciamiento, aforo e higiene que rigen respecto de la actual situación sanitaria
El jurado ha estado compuesto por : Adriano Fabris, Università di Pisa; Alba Jiménez Rodríguez, UCM; Antonio Pérez Quintana, Universidad de La Laguna; Bily López, Universidad Nacional Autónoma de México; Delia Manzanero, Universidad Rey Juan Carlos; Gaetano Chiurazzi, Università degli Studi di Torino; Irene Borges, Universidad de Évora; José Ordóñez García, Universidad de Sevilla; Rebeca Maldonado Rodriguera, Universidad Nacional Autónoma de México; y Tomás Domingo Moratalla, de la UNED.
LECTURA DE TESIS
La definición aristotélica de la «physis»: Un aspecto de la consumación histórica de la Grecia Clásica
Autor: Emilio Isidoro Giráldez
Director: Ismael Martínez Liébana
Tribunal: Rogelio Rovira (UCM), Juan José García Norro (UCM), Javier Aguirre (UPV), Salvador Más (UNED) y Teresa Oñate y Zubía (UNED).
Fecha y hora: 4 de febrero 2021, 16 h.
Universidad Complutense de Madrid
El aforo está limitado. Es posible la asistencia virtual al acto de lectura y defensa de la tesis aquí: