La Red Española de Filosofía lanza una campaña durante el mes de marzo para dar a conocer a pensadoras destacadas
Hace unas pocas semanas nos llegaba la noticia de una petición en Change.org que alertaba de que en una colección dedicada a la historia del pensamiento de una conocida y prestigiosa editorial española no se dedicaba espacio alguno a ninguna filósofa. La autora de la petición lanzaba el hashtag #lasmujerestambiénpiens para señalar que siempre, pero especialmente, en los últimos cien años, las pensadoras han sido innumerables. No es la primera vez que esto sucede, ya que, ni siquiera Hannah Arendt o Simone de Beauvoir son, a menudo, consideradas como figuras relevantes dado su enorme “impacto” filosófico y cultural. Asimismo, nuestra gran pensadora del exilio María Zambrano es también aludida como una rara avis en el panorama de la filosofía española a pesar de legarnos una obra sumamente original.
En estos meses que llevo al frente de la Red Española de Filosofía me han llegado numerosas demandas para atender esta invisibilidad, esta falta de reconocimiento, y hasta de legitimidad de las mujeres filósofas. Muchas de ellas provienen de estudiantes, jóvenes doctoras y profesoras que miran con incomodo la dificultad del canon filosófico y de la historiografía hegemónica para “asimilar” el pensamiento de las mujeres, para integrar a las filósofas en la genealogía filosófica. A lo anterior se suma que la tradición feminista a partir de la Ilustración, y pese a los esfuerzos por borrarla en tantos periodos históricos, puede leerse con continuidad. A esto ha contribuido el volumen de producción investigadora sobre pensadoras y teóricas feministas que, en la actualidad, es más que notable. Por ejemplo, en el último Congreso de la ReF, celebrado el pasado septiembre en Zaragoza, las mesas dedicadas a estas temáticas fueron las más numerosas.
En nuestro país es obligatorio referirnos a Celia Amorós y a su pionero libro titulado Hacia una crítica de la razón patriarcal (Anthropos 1985) como la obra emblemática de la que arrancan los estudios filosóficos feministas en España. A Celia Amorós la acompañarán muchas mujeres de su generación y en torno al Seminario Feminismo e Ilustración se creará un foco de relectura y crítica de la historia de la filosofía. Desde la ética y la filosofía política, Amelia Valcárcel, Victoria Camps, Adela Cortina, Teresa López de la Vieja, Alicia Puleo, Concha Roldán y María Xosé Agra abordarán el prejuicio patriarcal y, desde la epistemología, autoras como Eulalia Pérez Sedeño, Mari Sol de Mora y Amparo Gómez impulsarán nuevas líneas de investigación feminista que cortocircuitarán muchos de los sobreentendidos androcéntricos de nuestras corrientes teóricas. En Barcelona, y en torno a Fina Birulés se decantará una línea de trabajo realmente fecunda sobre distintas pensadoras –Arendt, Weil, y tantas otras– y con ella colaborarán Neus Campillo y otras maestras y colegas que han sido para mi generación un referente indiscutible. Hoy en día disfrutamos así de un terreno abonado para proseguir la crítica feminista en distintos proyectos de investigación. Todas las áreas de conocimiento incorporarán mujeres, por ejemplo, la filosofía analítica contará con Genoveva Martí y María José Frapollí y muchas otras. Cabe mencionar también a Mercedes Torrevejano, que en 1983 se convirtió en la primera catedrática de Metafísica y en el área de Filosofía Teresa Oñate y Ángela Sierra lideran la Cátedra Hercritia dedicada a la hermenéutica. Quiero rendir en este agitado marzo de 2018 un homenaje a nuestras maestras de filosofía.
El caso es que las pensadoras casi se desvanecen en los relatos. En la Filosofía española. Herederos y Pretendientes (Abada, 2009) Paco Vázquez ha historiado el proceso de normalización de la disciplina filosófica en España tras el trauma del franquismo. Como ya advertía Antonio Campillo, mi antecesor en la presidencia de la ReF, en su reseña del libro mencionado, el cambio de más calado en la filosofía española desde la Transición es la incorporación a la misma de las mujeres. Un cambio social y cultural que obedece a la democratización de la universidad y de la misma filosofía tras tiempos oscuros. No quiero dejar de insistir en la deuda que como comunidad filosófica aún tenemos con los pensadores exiliados, y, por supuesto, como antes comentaba, con la gran originalidad filosófica, política y poética de María Zambrano.
Nos toca enlazar el pasado con el futuro y éste no es concebible sin la visibilidad y el reconocimiento que debemos a las amantes de la sabiduría, a las filósofas, que ya se vislumbran desde la República platónica dado que el discípulo de Sócrates rompió con la legitimidad del linaje de sangre y apostó por el “aristocratismo” de la inteligencia y del mérito.
Demos, pues, por iniciada nuestra campaña para dar visibilidad a las filósofas este marzo de 2018. Dado el contexto político y cultural presente es casi una obligación recordar a muchas de nuestras insignes pensadoras. Desde la pitagórica Teano o la alejandrina Hipatia hasta las jóvenes filósofas feministas de la que quizás se denomine Cuarta Ola.
La Laguna, 1 de marzo de 2018.
María José Guerra Palmero.
Presidenta de la Red Española de Filosofía.
¡Súmate a nuestra campaña! Y envíanos un microvídeo (30-40 segundos) a info@redfilosofia.es en el que nos cuentes cuál es tu filósofa y por qué.